9.27.2008

Mayday, mayday....!!!

Las alarmas suenan y suenan, algunos no las escuchan, otros si y las ignoran pensando para sus adentros "ya dejaran de sonar"....
La industria vitivinícola esta hoy a un paso de entrar en una crisis, a diferencia de las anteriores en esta hay mayor volumen de inversiones en riesgo que dificilmente regresaran al país si como se vislumbra la crisis llega, se instala y mientras tanto quienes deberían estar instrumentando medidas para evitarlas juegan a ser soberbios o esconden lo sabido bajo la alfombra, la inflación hoy es un problema serio, mañana puede ser un problema incontrolable.
Hay algunos puntos a los que prestarle atención ya que toda crisis es al mismo tiempo es un tiempo de oportunidades. El consumo interno de vino fino por tercer año consecutivo cerrara en leve baja (a excepción de la gama media y alta que sigue con un firme crecimiento, pero representa una ínfima parte del mercado interno y de las exportaciones de vinos), esto no seria problema si como hasta hoy el mercado externo equilibrara las cuentas dentro de las bodegas, lamentablemente y aun creciendo a un buen ritmo las exportaciones, el aumento desmesurado de los costos fijos de las bodegas están tornando las cuentas de color naranja, muchos de los costos están en niveles similares e inclusive superiores al 2001.
A todo esto se suma la reciente y todavía incierta crisis financiera mundial, que esta golpeando y fuerte a las mayores economías mundiales.
A diferencia de crisis vitivinícolas pasadas, hoy gran parte de las bodegas argentinas son propiedad de inversores extranjeros, alguna inclusive son propiedad de conocidos fondos de inversión, por cuanto no seria ilógico pensar que depende el alcance de la crisis sus inversiones locales se verán afectadas o no.
La historia muestra que ante crisis (y ninguna en el pasado es de esta magnitud) las grandes economías se cierran, se vuelven conservadoras y proteccionistas, esto podría traducirse en mayores barreras impositivas a la hora de entrar en determinado mercado, en particular la Unión Europea y los Estados Unidos de Norteamerica.
Ante este hipotético escenario el estado tendrá que buscar la manera de equilibrar la balanza para que se pueda seguir exportando y así mantener viva la actividad interna, el peor escenario es que nuestro estado deje librado al azar y al enloquecido mercado actual la suerte de cientos miles de millones de dolares en inversiones, años de trabajo posicionando el vino argentino en el mundo y lo que es mas grave el destino de una gran fuerza laboral.
Todo dependerá entonces de la seriedad de nuestros empresarios, de la coordinación en la implementación de medidas correctivas por parte del nexo privado-estatal y de la visión superadora de las autoridades de turno.

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