9.13.2007

Psicosis



La feroz competencia que se instalo en la industria del vino desde hace unos años a esta parte ha generado una verdadera Psicosis entre las bodegas argentinas por querer estar “en todos lados” (salvo contadas excepciones), entiéndase, vinotecas, hipermercados, restaurantes, bares de cualquier tipo y cuanto lugar se preste…..maxikioscos y drugstores 24 horas incluidos.

Existe una realidad que no podemos negar, el negocio de las bodegas es vender vino, cuanto más, mejor… El tema es que además de vino están vendiendo muchas otras cosas, prestigio, historia, tradición, marca e imagen….
Caminando de noche por Recoleta, me asombró ver en un maxikiosco 24hs. una góndola potentemente iluminada por unas lámparas dicroicas, cuasi reflectores, apuntando a una variada selección de vinos, muchos de ellos de afamada reputación (Rutini, Luigi Bosca, Norton, Lagarde, Catena Zapata) y me surgió preguntarme que hacían esos vinos ahí, mientras compraba unas golosinas mi curiosidad me venció y le pregunte al vendedor si se vendían con frecuencia esos vinos, a lo que respondió

-“La verdad que mucho no se venden, uno cada tanto, la gente prefiere comprar cerveza, fernet o vinos más baratos, esos de cajita…”

Ante lo elocuente de la respuesta me pregunté, cuál es el beneficio para una bodega, que tiene que crear, defender y sostener un prestigio (en el caso que lo tenga), el estar exhibiendo sus vinos bajo condiciones desastrosas de guarda, en un lugar que no es acorde ni apropiado.
Es sabido que el consumidor de vinos compra en vinotecas y, a lo sumo para un consumo diario, en hipermercados aprovechando suculentos descuentos.
Qué tan significativos pueden llegar a ser los volúmenes que manejan este tipo de negocios para exponer las bodegas sus etiquetas ahí? Sin dudas el volumen es casi nulo, por cuanto lo único que esta Psicosis esta logrando es socavar el “valor marca” ante los ojos del consumidor.
Existe una gran diferencia entre popular y prestigioso, el margen es muy difuso, fino e imperceptible. Si la idea es llegar a “todo el abanico de consumidores” hay que saber cómo, ya que eso determinará la permanencia en el tiempo. Si las bodegas quieren llegar al público del maxikiosco entonces lo lógico sería crear líneas de vinos que se encuadren en esas características de consumo. Hay que tener muy claro que no “cualquier” canal de comercialización es apropiado para determinados vinos; estos merecen y requieren cuidados particulares y negarle esos cuidados es atentar contra la industria misma.
Cuál es el criterio para exponer vinos de alta gama en hipermercados? , muchas veces sin contar estos con medidas adecuadas ni personal idóneo para garantizar una adecuada conservación o guarda. Vemos cotidianamente muy buenos vinos, parados bajo potentes luces durante meses juntando polvo, para luego ser vendidos en dudosas condiciones, bajo ridículas ofertas de ocasión.
Esta Psicosis devenida en “vale todo” se revierte solamente con acciones concretas que apunten a elevar el consumo per capita, fomentar una cultura social del vino y desmitificar el absurdo y erróneo concepto que pesa sobre el consumidor de vinos.
Acciones serias, coherentes y sustentables en el tiempo lograrían en un futuro próximo que las bodegas puedan ahorrarse el tiempo y dinero que muchas veces malgastan por querer estar “en todos lados, 2x1 y happy hour”, pudiendo dedicarle mas tiempo y recursos a mejorar las calidades de sus vinos y la pobre relación precio calidad que, salvo contadas excepciones, refleja nuestro mercado.

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