Desde hace ya un tiempo considerable noto cierto grado de intolerancia ante la "opinion diferente", se ha "formado" una raza de criticos de vinos donde la soberbia y el ego personal es mas importante que la opinion en si misma, que el vino mismo.
Quienes creemos en la pluralidad y respetamos al otro, al gusto ajeno, vemos con cierto grado de tristeza y preocupacion esta "rigidez intelectual / ideologica" que hoy mas que nunca tan de moda esta presente entre los "formadores de opinion".
Los ultimos años a mostrado un incremento constante en la cantidad de consumidores de vinos de calidad, este incremento logicamente genero la aparicion de nuevas voces y de nuevas plumas en el ambito del periodismo especializado, alguien tiene que entregarle las novedades a estos nuevos consumidores y si es en forma de ranking, mucho mejor.... la modernidad demanda vencedores y vencidos, ganadores medalleros y derrotados...... la realidad es que hoy convivimos con una "nueva ola" de criticos que muy a gusto se encargan de resaltar al ganador de turno y de pisotear (con cierto grado de morbo) al atrevido que no supo, no pudo o no quiso concibir "EL" vino de su gusto particular, sobre todo si ese vino reposo algun tiempo en algun añoso tonel y no en un lustroso tanque de acero inoxidable, como si fuera esta, condicion "sine qua non" para lograr algun resultado particular.
La subjetividad del gusto personal no es un tema menor a la hora de hablar de vinos, esto no quiere decir que un vino desequilibrado o defectuoso pueda o deba pasar por bueno por el solo hecho que alguien diga "a mi me gusta".
Quien emite opinion, quien critica o quien aconseja deberia ser conciente que su rol trae aparejado un grado importante de responsabilidad y compromiso para con el receptor del mensaje.
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